Si la bala hubiera alcanzado

Si la bala hubiera alcanzado
El punto exacto del nervio
En que la sangre bulle sin límites.
Atravesando la carne inútil,
El músculo idiota, que detuvo su marcha
Tan sólo tomando en cuenta
La física elemental, la anatomía
Recordando aquello que nunca
Debiste haber olvidado:
Todas (leé mis labios) todas
Arriba del calibre 38 patean
Incluída tu preciada Thunder 40,
Calculando todo, en lugar
De ganar una batalla
Hubiera ganado la guerra
Porque entonces
Yo no sería más que historia antigua
Un daño colateral
Un fogonazo de tus días pasados.

L. C.

Este poema es de una reclusa de la cárcel nº 31 de Ezeiza. La conocí en la visita que hicimos dentro del marco de actividades de IV Festival Internacional de Poesía. Ella me regaló el poema, escrito a mano en una hoja de cuaderno, generosamente, no tenía otra copia, pero lo obsequió sin pensarlo, tal vez, con esa certeza que al menos el poema pudiera salir de la cárcel, en libertad. Ahora quiero compartirlo con ustedes, quienes siguen el blog y también para L., con afecto.

4 comentarios:

Elena dijo...

Qué gusto que estés publicando seguido, Jorge.
Qué gusto que hayas tenido estas experiencias, que exceden lo literario, y que a la vez lo reformulan, lo enriquecen.
Un abrazo.

Jorge Córdoba dijo...

Elena, un abrazo, gracias por tu voz.

Unknown dijo...

Hola, me llamo Ana. He ido a parar a este blog por casualidad y leí esta entrada.
Desde luego es impresionante que este escrito haya salido de la cárcel, pero aún es más impresionante las sensaciones que transmite. La crudeza y la sencillez con la que se escribió. Un placer leerlo.
Yo también escribo, te invito a pasarte por mi blog.
Un saludo ;)

Juan P. Giusepponi dijo...

Uff, te pone la piel de gallina.

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