Cómo perder toda tu vida en segundos


Hace unos días, por un virus desconocido o impericia del técnico al cual llevé mi pc para reparar, toda la información que tenía acumulada durante más de una década se volatilizó en segundos. Esto no sería tan terrible sino fuera porque esa información incluía libros de relatos, de cuentos, de poemas, etc.  Además de fotos, música, cine y todo lo que una pc puede albergar en esa panza microscópica que no se llena nunca.  El muchacho me miraba indolente ante mi cara de estupefacción y no podía trasmitirle la gravedad de la situación porque estaba más preocupado por si me ponía la última versión del Windows y no sé otros programas fascinantes. 
Volví a casa aterrado e impotente.  Recordaba todos mis archivos, mis escritos de gran cantidad de horas de trabajo y no podía entender la magnitud del daño.  Al cabo de horas, (mi capacidad de recuperación ante lo trágico es asombrosa a veces) decidí que debía empezar de nuevo, de cero.  No quedaba alternativa. Obvio que no requirió demasiado tiempo tomar esa decisión. 
Empecé por el rescate de la música, ya que sin ella mi vida sería más desoladora de lo que ya lo es.  La campaña consistió en ir a la casa de mis hijos y rescatar toda la música posible.  En algo he paliado esa carencia.  
Lo que se ha llevado el viento informático viral, no se recuperará, pero debo reconocer que hubiera sido más épico, más histórico, ver las llamas ardiendo sobre mis escritos por mi propia decisión. 

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